Desde que dibujé el primer lápiz o la primera pintura o escribí mis primeras líneas, me considero y siento que mi principal búsqueda es sensibilizarme, es encontrar un medio, un lenguaje personal, que me permita hablar y decir lo que siento, sin usar palabras directas ni literales, palabras que muchas veces se presentan reiterativas y redundantes. El lenguaje del arte, la retórica, ese mensaje indirecto que se adapta al espectador, es el medio más fructífero para que mis sentimientos y pensamientos sean interpretados con el lente de cada persona, tanto en lo visual como en lo narrativo.
Es así que el devenir de mis días, entre demoras y distracciones, el ser artista plástico y escritor, se tornó en mi forma de vida, en el modo en que interpreto el mundo, y lo comprendo, lo analizo y siento. Así paso mis días en mi taller, pero también leyendo, caminando la calle, hablando con mi gente, amigos y familia. En todos encuentro un nuevo mensaje que contar, una nueva historia que traducir.
Desde lo formal, estudié el Profesorado en Artes visuales en la Escuela municipal de Lomas de Zamora, y realicé casi en paralelo, un taller con el también artista plástico Nehuen Wolf, entre otros talleres.
En lo que respecta a la escritura, no uso un estilo o técnica formal ni conocida, simplemente escribo valiéndome de los diferentes instrumentos de la retórica, que comparte con el arte visual y plástico, y en la mayoría de los casos se derivan de lo que me inspiró la ilustración; en algunas ocasiones luego de crearla, y en otras en paralelo al proceso de creación de esta. Y aunque son los menos, hay casos en los que una lectura me permite pensar una historia, un argumento y luego se desprende la ilustración. Los formatos suelen ser en micro relatos o poesías cortas.
Nacionalidad: Argentina.